lunes, 18 de junio de 2012

EDUCACIÓN Y SUS CONCEPTOS

Educación, es un concepto muy amplio en el que todos  nosotros  nos sentimos expertos  y probablemente queremos acomodarlo en nuestro cotidiano lenguaje como algo ya aprendido.  ¿Algunas  veces  hemos reflexionado  quién califica para nosotros como una persona educada? ¿Podríamos calificar como una persona educada a aquella que ha cursado estudios  académicos?  ¿Podríamos referirnos a aquel ser humano que camina por las calles y qué tiene autocontrol?  ¿Es más cómodo para nosotros acomodar los conceptos a nuestra conveniencia?
En este artículo quiero trabajar en  varios conceptos, por ejemplo, uno de los conceptos de educación es el que define a una persona como a un individuo que puede mantener  un equilibrio entre  lo espiritual y lo emocional ante cualquier eventualidad de la vida, es decir, aquella persona que puede poner medida a la  pasión y manejar la lógica y la racionalidad en un momento determinado ante cualquier  situación desesperada.  Podríamos describir un sinnúmero de ejemplos en los que demostraríamos  que la pasión puede más que la razón, y que esta nos motiva a cometer muchos errores.
Pero, también podríamos definir a una persona educada como  aquella que a pesar de toda la pasión que puede envolver la situación, no quiebra sus valores morales.  De pronto me surgen otras preguntas. ¿ Qué entendemos por valores morales?  ¿Dónde   aprendemos esto valores?  Me imagino que en este momento estamos tratando de buscar donde vamos a acomodar este nuevo concepto (valores morales), en nuestras vidas.
Pienso que los valores morales los aprendemos en el “seno familiar”, en nuestra familia, de nuestros padres la primera escuela con la que nos relacionamos en la vida.  Nuestros padres, por tanto, son nuestros primeros maestros y son los responsables de introducirnos en el amplio mundo del aprendizaje por medio del EJEMPLO, es pues, en nuestro hogar, donde aprendemos a dar los primeros pasos en el aprendizaje de la “escuela de la vida”.  Ellos son los encargados de enseñarnos que es la ética, el respeto, la comunicación, la tolerancia, la paciencia, la lealtad, la puntualidad, la honestidad, la responsabilidad, la sinceridad, etc.  Es decir, valores morales que son el cimiento en el que edificamos el resto de nuestras vidas.
Otro concepto interesante es el de la comunicación.  Resulta que muchos de nosotros nos consideramos expertos en comunicación, cuando en realidad ni siquiera reparamos en trabajar en el elemento base de la comunicación; “la información”.
La mayoría de nuestros errores se cifran en la desinformación que vulgarmente denominamos “rumor”, ese fantasma que nos persigue, que nos asusta y que  no nos permite ser nosotros mismos.  El rumor, es un derivado de la irresponsabilidad de no hacer correctamente la tarea en la “escuela de la vida”, es el resultado de ejercitar desenfrenadamente el músculo denominado lengua que en muchos casos nos hace perder la ética, y hasta el respeto por nosotros mismos.
No quiero dejar de lado en esta oportunidad a los celos y la envidia, que los sacamos del bolsillo cuando así nos conviene, y les permitimos dar rienda suelta a sus malas intenciones, olvidando los valores aprendidos  a través de la vida.
Resulta que en las diferentes facetas de nuestra vida y cuando llega el momento de demostrar cuan aprendidos tenemos estos conceptos, reprobamos el examen  ante el descontrol de nuestro carácter o de nuestros actos.  Como en toda escuela, en la “escuela de la vida”, si no hacemos los deberes y no practicamos las lecciones de lo que vamos aprendiendo, lo más probable es que reprobemos el examen final.
Tomado de : Fabiola Soliz

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