lunes, 25 de junio de 2012

ELVIRA, FLOR Y JOSÉ ANTONIO VARGAS TRES HISTORIAS TRES INMIGRANTES


Cuando comencé a leer el artículo escrito en la revista TIME por el periodista filipino José Antonio Vargas, recordé los nombres de  Elvira Arellano y Flor Crisóstomo, amabas mexicanas, con idénticas historias. La primera madre de un hijo, fue deportada el 20 de agosto de 2007 por haber entrado sin documentos legales a Estados  Unidos,  y luego de tomar refugio en una Iglesia Unida Metodista de la ciudad de Chicago, donde estuvo 12 meses. Fue arrestada en Los Ángeles por agentes de ICE (Immigration and Customs Enforcement), cuando iba a dar una conferencia en la iglesia Our Lady Queen of Angels. La segunda, Flor Crisóstomo, Oriunda de Oaxaca, México, ingresó a Estados Unidos por la frontera con Arizona en 2000. Primero residió en California y luego se trasladó a Chicago. Madre de tres hijos, se declaró en “desobediencia civil” al ignorar una orden de deportación en su contra. Una mujer excepcional que duró  viviendo más de un año en reclusión en la iglesia de Adalberto (United Methodist Church), luchando contra una orden de deportación.

Como vemos el pecado de ambas mujeres es no haber tenido los documentos legales para vivir y trabajar en  Estado Unidos, de igual forma, fue el pecado cometido por el periodista filipino José Antonio Vargas, es, haber estado en este país sin la documentación legal.
El caso del periodista filipino José Antonio Vargas, es Sui géneris, nació en Antipolo, las Filipinas. Se trasladó a los Estados Unidos a los 12 años. Se crio en Mountain View. Dieciocho años después de su llegada a Estados Unidos y cuatro después de ganar el premio Pulitzer, el periodista filipino, decidió confesar lo que llevaba oculto todo este tiempo: que es un inmigrante sin papeles; Vargas, que compartió el Pulitzer en 2007 por su cobertura del tiroteo en la Universidad de Virginia Tech ese año, se ha labrado una meteórica carrera como periodista gracias a documentos falsos, según confiesa en el artículo. Un carnet de conducir obtenido gracias a mentiras le permitió entrar como becario en el Washington Post en 2003, y continuar su carrera más tarde en el " Huffington Post ". La historia de Vargas como indocumentado comenzó en 1993, cuando su madre lo llevó al aeropuerto de Manila, le presentó a un desconocido y le dijo que se trataba de su tío. "Si En realidad, se dirigía a Mountain View, cerca de San Francisco, California para vivir con sus abuelos, con la promesa, que nunca se cumplió, de que su madre se encontraría con él en unos meses.

No deja de ser menos loable la proeza  del periodista filipino de decir la verdad, de manifestar que él era un indocumentado. Cabe señalar que el propio Vargas, decidió hablar y contar su historia "para luchar por los derechos de los inmigrantes y por el Dream Act", un proyecto de ley estancado en el Congreso que legalizaría a los jóvenes que llegaron a EE.UU. con menos de 16 años y desean estudiar o ingresar en el Ejército.

Hoy  Elvira Arellano  se encuentra en México, no ha podido regresar a Estados Unidos,  pero ha creado en México la organización La Familia Unida Latina, la que apoya a las familias mexicanas divididas por las deportaciones masivas en EE.UU, y a los inmigrantes centro americanos detenidos o afectados por la violencia en México. Por otro lado, Flor Crisóstomo, una mujer valerosa, hoy se encuentra huyendo de las autoridades debido a una orden de deportación por trabajar sin documentos legales.

Elvira, Flor, dos mujeres valientes  y José,  tres historia, tres  inmigrantes, han  inspirado a muchas personas que hoy se encuentran viviendo en este país sin documentos legales, y también a muchas organizaciones sin ánimo de lucro a trabajar por una reforma migratoria integral.
Ojalá, podamos ver a estas dos mujeres decididas e igual que a miles de inmigrantes, viviendo y trabajando legalmente en Estado Unidos.
Por:  AJ Cárdenas

1 comentario:

  1. Muy buena su cronica. Asi como estos tres hay mucho inmigrantes con sus historias. Lo felicito

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