lunes, 16 de julio de 2012

“Lenguaje ambiguo”

“En este mundo no hay nada seguro salvo la muerte y los impuestos”, escribió el político norteamericano Benjamín Franklin en 1789. Según el profesor de lengua inglesa William Lutz, actualmente quizás hubiese escrito: “No hay nada seguro salvo el resultado negativo del cuidado de un paciente y el incremento de las rentas públicas”. El problema es el “lenguaje ambiguo”, es decir, “el lenguaje impreciso y engañoso, incluyendo la jerga burocrática”, comenta la publicación Parade Magazine. Parece que algunos funcionarios gubernamentales, debido a su esfuerzo por ocultar u oscurecer información, han llegado a dominar este lenguaje. En lugar de decir que una persona miente, se habla de que “desorienta” u “oculta información”. Al lápiz se le ha llamado un “registrador manual portátil de comunicaciones”, y el orificio ocasionado por una bala ha sido calificado de “apertura inducida balísticamente en el entorno subcutáneo”. A los pobres se les llama “deficientes crematísticos”, y de alguien asustado se dice que está “filosóficamente desilusionado”. El habla ambigua también predomina en el campo de la medicina, donde la muerte se convierte en un “episodio terminal” y la negligencia en un “infortunio terapéutico”.

No hay comentarios:

Publicar un comentario