“Antes de adquirir el don del lenguaje, los bebés ya muestran una habilidad extraordinaria para reaccionar ante la música”, comenta la revista Investigación y Ciencia. Según el reportaje, el recién nacido puede detectar diferencias de tono, cambios de tempo (velocidad) y de ritmo, y reconocer una melodía, aunque se interprete en otro tono. Incluso desde los dos meses en adelante, los bebés prefieren los sonidos consonantes, o armónicos, a los discordantes. “Peter Hepper, de la Universidad Queen’s de Belfast —prosigue el artículo—, observó que quince días antes del parto, los fetos distinguían entre una canción nueva y la sintonía de [una conocida] serie de televisión [...], escuchada a diario por sus madres durante semanas de embarazo.”
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