lunes, 16 de julio de 2012

El maíz, planta extraordinaria

Escuchemos a Harlin describiendo lo extraordinario que es el maíz.

“La planta me habla”
Para mí, el maíz es una combinación de arte y matemáticas puras. Desde las hojas hasta cada uno de los granos de la mazorca, todo está organizado con suma belleza y exactitud. Es más, conforme crece, la planta me habla, por así decirlo; sí, me dice si necesita agua o nutrientes. Con los bebés sucede que cuando quieren algo, lloran. Pues bien, el maíz y muchas otras plantas ‘piden’ lo que necesitan con señales visuales, como el color y la forma de sus hojas. El secreto está en comprender su idioma.
”Si les falta fosfato, por ejemplo, las hojas adoptan un tono rojizo. Otros síntomas pueden indicar carencia de magnesio, nitrógeno o potasio. El agricultor sabe distinguir a simple vista si su maíz tiene alguna enfermedad o si lo ha dañado algún producto químico.
”Como es costumbre, yo sembraba el maíz en primavera para que el calor del suelo hiciera germinar las semillas. Al cabo de cuatro o seis meses, las plantas ya estaban bien desarrolladas y alcanzaban los dos metros (seis pies) de altura.
”El crecimiento del maíz se divide en etapas, que se determinan según el número de hojas. Cuando llega a la etapa de las cinco hojas, se pone en marcha su capacidad química y ‘matemática’. En primer lugar, las raíces hacen un análisis completo del suelo. Los datos recogidos constituyen la base para un programa de desarrollo que determina el grosor óptimo de la espiga y el número de hileras de granos. Cuando la planta tiene entre doce y diecisiete hojas, otro análisis la ayuda a establecer el número adecuado de granos que crecerán a lo largo de la mazorca. En resumen, cada planta calcula de algún modo cómo sacar el máximo partido del terreno donde está. Otro aspecto que revela su asombroso diseño es lo intrincado de su reproducción.



¿Quiénes eran los mongoles?

Los mongoles, un pueblo originario de las altas mesetas esteparias situadas en lo que hoy se conoce como Mongolia, en el centro nororiental de Asia. Sus veloces conquistas, que comenzaron a principios del siglo XIII, cambiaron la configuración de toda Asia y la mitad de Europa. En solo veinticinco años conquistaron más tierras que los romanos en cuatro siglos. Extendieron sus dominios desde Corea hasta Hungría y desde Siberia hasta la India, forjando el mayor imperio continental de la historia escrita.
Los mongoles eran diestros jinetes nómadas que vivían del pastoreo, el comercio y la caza. Mientras que en otros pueblos solo un pequeño porcentaje de hombres estaba adiestrado y equipado para la guerra, prácticamente todo mongol con un caballo y un arco era un rudo y feroz soldado. Estaban agrupados en tribus, y cada tribu tenía un kan, o jefe, a quien rendían lealtad incondicional.

El “país de la sonrisa”

¿Ha oído hablar alguna vez del “país de la sonrisa”? Tailandia tiene casi la misma extensión que Francia. Limita al oeste con Myanmar, al norte y noreste con Laos, al este con Camboya (Kampuchea) y al sur con Malaysia. Sus 65 millones de habitantes disfrutan de clima tropical todo el año. Las grandes extensiones de terreno fértil, especialmente en las llanuras centrales, y las condiciones ideales de cultivo convierten al país en una despensa natural de arroz. En los más de 2.600 kilómetros de aguas costeras del golfo de Siam y el mar de Andamán, que es un brazo del océano Índico, abundan los recursos marinos.

India y, especialmente, China ejercieron gran influencia sobre esta zona. Los comerciantes hindúes propagaron las fes hindú y budista por el “país de la sonrisa”. Pero, hace más de mil años, comenzó a llegar un pueblo desde el sur de China, los tais, de los que descienden la mayoría de los tailandeses.
En 1939, el país recibió el nombre oficial de Tailandia, que significa “país de los hombres libres”. Esta designación no solo muestra el amor de este pueblo por la libertad, sino que también responde a la realidad histórica del país, pues mientras la mayoría de los países vecinos han sido colonizados en siglos anteriores, Tailandia ha conseguido mantener siempre su independencia política.


¿Café, té o guaraná?

Es posible que usted tampoco haya oído hablar de la guaraná, ya que es especialmente popular en Brasil, mientras que el té y el café son las bebidas favoritas en todo el mundo. Sin embargo, los tres tienen algo en común: la cafeína. En realidad, una taza de guaraná puede contener hasta tres veces más cafeína que su equivalente de café. Los invitados, movidos por la curiosidad, optan por la guaraná. Mientras sorben la refrescante bebida y degustan su agrio pero afrutado sabor, se entusiasman al escuchar su historia.

Palolo, “el caviar del Pacífico”

Deliciosos gusanos marinos! Hay quienes llaman a estas serpenteantes criaturas de color pardo rojizo (en el caso del macho) y verde azulado (en el de la hembra) “el caviar del Pacífico”. En las islas Fiji, la curiosa delicia gastronómica recibe el nombre de Palolo.

Raising Bilingual Children

“When children are nurtured with patience and sensitivity, multilingualism can be a source of great fortune for them, their families, and society,” states newspaper of Mexico City. Studies have “concluded that children who speak two languages perform better in school than those who speak only one.” Sometimes parents worry when their children mix words from the two languages in one sentence or make mistakes by applying the rules of one language to the other. “But these grammatical ‘mistakes’ are trivial and quickly overcome,” says Professor Tony Cline, a psychologist who specializes in the language development of children. If the languages of both parents are taught from birth, they are naturally absorbed, and in time, the children will handle them separately.

La educación de niños bilingües

“Cuando se nutre con paciencia y sensibilidad, los idiomas múltiples pueden ser la fuente de una gran fortuna para los niños, sus familias y la sociedad en general”, afirma un diario, de la ciudad de México. Los estudios “concluyeron que los niños que hablan dos idiomas se desempeñan mejor en la escuela que aquellos que solo hablan uno”. A veces, los padres se preocupan cuando sus hijos mezclan palabras de ambos idiomas en una sola frase o cometen errores al aplicar las reglas de un idioma al otro. “Pero estos ‘errores’ gramaticales son triviales y se superan muy pronto —asegura el profesor Tony Cline, psicólogo especializado en el desarrollo del lenguaje infantil—. Si desde que el niño nace se le enseñan los idiomas de ambos padres, los absorberá naturalmente y, con el tiempo, sabrá diferenciarlos.