lunes, 16 de julio de 2012

“La máquina de aprendizaje más potente del universo”

EL CEREBRO de los bebés ha sido llamado “la máquina de aprendizaje más potente del universo”, y con fundada razón. Cuando un niño llega al mundo, está equipado para absorber todas las imágenes, los sonidos y demás estímulos de su entorno.
Lo que más despierta el interés del bebé son otros seres humanos: sus rostros, sus voces, su tacto. El libro Babyhood (La primera infancia), de la psicóloga Penelope Leach, dice: “Se han realizado numerosos estudios sobre las imágenes que mayor curiosidad suscitan en un bebé, los sonidos que captan y retienen su atención, y las sensaciones que más le gusta que se repitan. Todos estos elementos se encuentran con más facilidad y frecuencia en la figura del ser humano adulto que lo cuida”. No sorprende, por lo tanto, que los padres desempeñen un papel tan crucial en el desarrollo de sus hijos.

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